Juan Carlos Urbaes

Nocturno amarillo

Fotografías:
Julio Barrera
- Escrito Por:
Juan sebastián Salazar
Relatos Amarillos Podcast RTVC Historias de taxistas Barranquilla Colombia Juan Carlos Urbaes

Esto es una locura. Las carreras de noche, cuando son lejos-lejos, o en trocha, uno no las hace, esas son malas horas. Ahora, algunos servicios no se pueden botar porque a uno le va como perro en misa: donde tú no lo hagas te va mal en el día; y detrás de ti hay muchas personas. Pero… Yo casi no trabajo por la noche después de ver el aparato ese: eso nunca se me olvida: un tipo caminando-caminando, ¡como para morir! Es que en la noche pasan muchas cosas… Voy a contarle una que me pasó hace ratico, hace como unos diez años:

Era un fantasma en una trocha… Bueno, era un difunto. Recuerdo que di un servicio a un barrio que queda allá montado, allá donde hay monte… ¡Eso era puro monte! El servicio salió a la una de la mañana y cuando iba de vuelta, solo, veo un tipo caminando por un montecito; nunca le vi la cara, pero tenía las manos negras y –esto nunca se me olvida– tenía una camisa como beige y el pantalón beige. Cuando él se fue acercando yo pensé que era para atacarme, entonces yo le pongo las luces altas y se acerca-se acerca y cuando estaba al ladito mío se pierde: ¡no lo veo más! Entonces yo apago el carro para ver mejor, y eso era pura trocha y no veía nada; era como la una de la mañana. Ahí fue cuando me vine a toda mierda para la casa. 

Taxista Barranquilla

Ese tipo de historias las escucho mucho, sobre todo de quienes trabajan en puerto o que trabajan hasta tarde, hasta las cinco de la mañana. Yo ya no… Le voy a contar otras dos:

Eran las dos de la mañana, más o menos, e iba manejando cuando veo una luz atrás. Yo no sabía si era una patrulla, entonces bajé la velocidad y… ¡Nada! La luz siempre estaba atrás. No veía. No sabía por qué llevaba tanta luz. Siempre atrás; eso encandilaba los retrovisores. Pues esa luz me siguió hasta allá, hasta Los Chinos, cuando yo tomé la curvita –así, chiquita– y luego cogí la recta y esperaba y miraba y nada, nada que aparecía la luz… Eso dicen que es el carro de la vía 59. Ese día también me fui a toda mierda para la casa.

La otra historia no me pasó a mí sino a un tío que es camionero y trabaja por las madrugadas, entre Barranquilla y Riohacha. Usted sabe que en las vías hay muchos perros cruzando, ¿no? Bueno, un día vio a un perro que poco a poco se fue transformando en otra cosa… ¡En un aparato! No… Esto es una locura.

Por las madrugadas hay que coger un servicio que vaya lejos-lejos solo cuando esa persona se devuelva con uno, si no, ¡no!

radioManotaxi burbuja
Suscríbete a nuestro boletín

Recibe información, noticias, contenido exclusivo y haz parte de nuestra comunidad amarilla.

Acepto y autorizo el tratamiento de datos