Bocas de Ceniza, el encuentro entre el mar y el río Magdalena

Texto historia

Bocas de Ceniza es el punto donde se puede apreciar el encuentro de las aguas del río Magdalena y del mar Caribe. La historia cuenta que, en el año 1501, cuando Rodrigo de Bastidas y Juan de la Cosa llegaron a esta zona, notaron la fuerza del afluente al unirse con el mar Caribe, un fenómeno que generaba un color tipo cenizo, esto sumado al delta del río, con lo cual decidieron denominar este sector como ‘Bocas de Ceniza’.

Estos personajes también dieron nombre a la corriente de agua más importante de Colombia: el río Magdalena, teniendo como referencia el día de esta santa, en el cual se celebraba la conversión de María Magdalena.

En este gigante hídrico habitan 233 especies de peces de siete órdenes y 33 familias, cifra que corresponde al 14,5 por ciento de la diversidad de animales de agua dulce en Colombia. En Bocas de Ceniza se pueden encontrar especies como la serpiente de aguas carmelitas, además este punto funciona como zona de pesca de chivo, róbalo, pargo, jurel y sábalo.

En la actualidad, el río desemboca en el mar a través de un canal artificial construido en los años 30, esto debido a que la fuerza natural de este encuentro da origen a complejos fenómenos hidráulicos, por ello en este sitio se construyó una obra de ingeniería con tajamares que reducen las bocas del río, para que la fuerza y la velocidad de la corriente muevan los sedimentos y permitan la navegación en esta zona.

Bocas de Ceniza se encuentra ubicado en la zona llamada Vía 40, en un área conocida como Las Flores, a 15 minutos de la ciudad de Barranquilla. Los tajamares, que allí se encuentran, hoy resumen un siglo de empeño por domesticar la desembocadura del río Magdalena y ponerla al servicio del comercio marítimo internacional.

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