Giovanni Garnica

Marcado por el 666

Fotografías:
Julio Barrera
- Escrito Por:
Juan Sebastián Salazar
Giovanni Garnica / Bogotá, taxista - Relatos Amarillos

Estoy aquí camellando. Justo ahora estoy pasando por el CAI de Villaluz, donde pasaron los acontecimientos del Paro de hace un año. 

Bueno… Les cuento: yo no terminé el colegio, pero siempre he escrito poesía y, de cierta manera, siempre he sido bohemio; es algo que se me dio de forma natural desde mi infancia. Por eso, y por otras cosas, escribí El Diario de un Ángel 2012. Lo pueden googlear, si quieren. 

Todo empezó cuando estaba pagando el carro de mi papá. En ese entonces tenía una depresión profunda y me quería suicidar. Fueron cosas muy fuertes. Un día le dije a Dios que me matara.

—¡Mátame!

Le dije. Quería que un rayo o una bala me sacara de este mundo, pero no pasó. Entonces le dije que lo hacía responsable de mi vida y vi una luz. Raro. No le puse mucha atención. Seguí trabajando en el taxi, no quería regresar a mi casa. Lo que pasó fue que mientras yo escuchaba la radio –porque en ese momento no hablaba con los usuarios porque estaba enfocado en mi dolor– de repente la radio empezó a hablarme:

—Es que un taxista es una persona que vibra.

Me dijo. Y esa canción me llenó de paz… Pero no fue suficiente. Cuando llegué a la casa saqué el revólver, me lo llevé a la boca y empecé a pensar: ¿Y si me voy al infierno? No sé qué pasó entonces, pero me desplomé. Cuando me levanté, al día siguiente, me duché y empecé a cantar. Me dije: Voy a darme otra oportunidad. Desarmé el revólver y lo boté en el camino hacia el restaurante donde desayunaba. Llamé a mi madre y volví a casa y seguí mi vida de taxista. Pero, de repente, cuando trabajaba veía números pintados en las calles y empecé a escuchar voces… A sentir cosas místicas, misteriosas que cualquier persona sin el poder mental que yo tengo, pues, no hubiera podido volver a estar cuerdo.

Terminé en una clínica de reposo, me reseteé. Y, claro, perdí el carro de mi papá: no pude seguir manejando y pagar la cuota.

— ¡Pero es que yo nunca he sido loco!

Me decía:

— No, yo quiero estar normal.

Giovanni Garnica / Bogotá, taxista - Relatos Amarillos

Y un día me levanté bien, recordé quién era, qué había pasado, y me dieron salida. Pero esas cosas empezaron a pasarme con más fuerza y volví a la clínica. Me diagnosticaron con trastorno bipolar depresivo con un epicentro mesiánico, luego que dizque tenía esquizofrenia. 

Después de muchos tratamientos y pastillas salí de la clínica. Llegué de nuevo donde mi mamá y recuerdo que pasaba horas y horas en la terraza leyendo la biblia; ahí fue cuando me comparten, después de muchos pasos, el código 666: me doy cuenta de que estoy marcado por ese número y que hago parte de las profecías.

Y ese libro, El Diario de un Ángel 2012, es el séptimo sello: lo que va a desatar todo. Yo plasmé una historia que recibí y la junté con mi historia de vida.

El libro está en Amazon, pero les voy a esbozar algo: toda la historia que les conté es una formación, una formación de Dios. A ver, se los voy a esbozar así, porque es un tema de gran polémica, de hecho es una polémica mundial:

Yo soy Gabriel y estoy marcado por el número 666.  

A ver… Lo que trata el libro es de… Uno, enseñarle a la gente lo que es la política y su origen; y, dos, sobre un tema tabú: el nuevo orden mundial. Mi proyección es para la candidatura de la Presidencia de 2026. Ese es el proyecto, ¿no?

Eso es como la fresa del pastel.

Giovanni Garnica / Bogotá, taxista - Relatos Amarillos
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